Ms. Tamara and her Maremma dogs

Descubre la demostración de habilidades con perros ovejeros y pastores: Una aventura en la Patagonia chilena

Si alguna vez se han preguntado cómo se vive y se trabaja en una estancia auténtica de la Patagonia chilena, la historia de la señora Tamara y su familia les dará una respuesta llena de pasión, tradiciones arraigadas y amor por los animales. En las hermosas tierras que rodean la Laguna Sofía, a poca distancia de Puerto Natales y el Parque Nacional Torres del Paine, se escribe cada día un capítulo de esta aventura: el desafío de proteger las ovejas, de convivir en paz con los depredadores y de compartir con visitantes de todo el mundo el fascinante trabajo de los perros pastores y ovejeros.

Un origen marcado por la adversidad

A veces uno cree que la vida en el campo es solo tranquilidad y paisajes de ensueño. Pero cuando la señora Tamara y su familia se enfrentaron a la pérdida de 900 ovejas en solo una temporada, la realidad los sacudió. Fue un golpe devastador que llegó a poner en riesgo la continuidad de la ovejería y los llevó a tomar la dura decisión de “eliminar” las ovejas de su producción.

Los ataques de pumas, zorros, e incluso de perros asilvestrados, eran frecuentes. La familia se quedó con la tristeza de pensar que las futuras generaciones perderían el amor por la oveja y la tradición si ellos mismos tenían que dejar de criar lanares por completo.

Hasta que un día vieron en la televisión un programa que cambiaría el curso de su historia: un chileno trabajando en Estados Unidos con perros pastores que defendían al rebaño de osos, pumas y otros depredadores. “¿Por qué no traer esos perros acá?”, se preguntaron.

El gran descubrimiento: Perros Maremma

La idea de incorporar perros pastores se convirtió en la chispa que reavivó el sueño ovejero de la familia. Tras investigar en Chile y Argentina, dieron con José Manuel Cortázar, quien importó desde Canadá tres ejemplares de raza Maremma (un macho y dos hembras). Con mucha paciencia, esperaron a que crecieran, pasaran el primer celo y tuvieran su primera camada. Fue el comienzo de una nueva etapa.

Los primeros cachorros se criaron en contacto directo con las ovejas (lo que se conoce como “impronta”), y a los cinco meses ya defendían al rebaño con una dedicación que sorprendió a todos. Para perfeccionar su técnica, recibieron asesoría de expertos españoles y realizaron charlas en ambos lados de la cordillera.

En Argentina, la idea fue adoptada tan exitosamente que el INTA (Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria) lo incorporó como política pública: los perros pastores pasaron a formar parte importante del control de depredadores, y su eficacia quedó ampliamente demostrada.

Mientras, en Chile, poco a poco, más ganaderos se han atrevido a sumar el Maremma a sus predios, entendiendo que es una solución para convivir en paz con los depredadores sin tener que eliminarlos. “El perro no falla; quien falla es uno, si no lo impronta bien o no lo alimenta cuando corresponde”, dice la señora Tamara, enfatizando la responsabilidad que implica cuidar a estos guardianes.

De la tensión a la calma: “Nos cambió la vida”

El día a día en la estancia dio un vuelco. Antes, las ovejas se encerraban cada noche cerca de la casa y aun así ocurrían ataques de puma, zorro y perros salvajes. Vivían en un estrés constante, preocupados de perder más animales. Pero con la llegada de los perros Maremma, la paz regresó.

“Puedo escuchar ladridos lejanos en las noches, como una sinfonía: uno ladra hacia el norte, otro hacia el sur, en señal de advertencia. Si los depredadores se acercan, el perro da un ladrido direccional, los ahuyenta y evita enfrentamientos mayores”, comenta la señora Tamara. En casos extremos, si un depredador ingresa a cazar dentro del corral, el Maremma sí puede atacarlo, pero su función principal es disuadir y proteger, no matar.

Cada día, la familia confirma la efectividad de estos guardianes: “Te asombras, te maravillas de ver cómo cuidan sus ovejas, cómo son leales, cómo trabajan toda la noche y descansan un rato durante el día. Son perros de piño: viven con la manada, comparten un vínculo muy fuerte con el rebaño y lo defienden como si fuese su familia”.

Los perros ovejeros: Los barbuchos y la magia del trabajo conjunto

Pero el trabajo con los perros no se limita al cuidado de las ovejas. También están los perros ovejeros —en su mayoría, “Barbucho”, como se les conoce en la Patagonia— cuyo papel es arrear, conducir el piño a nuevos potreros o reunir los animales para traslado, vacunación o esquila.

Su entrenamiento es otro arte. La señora Tamara explica que hay perros punteros, otros culateros, y algunos que trabajan por los costados (los “mangueadores”). Cada uno aprende con un “maestro”: “El cachorro se cría al lado de un perro guía experimentado, lo observa y, poco a poco, va entendiendo los silbidos y señales que le damos”. Formar a un perro ovejero completo puede llevar hasta dos años; sin embargo, la satisfacción de verlos en acción, entender sus miradas y sus fintas para mover el rebaño, es incomparable.

“Al Barbucho le decimos el ‘patafierro’”, comenta con una sonrisa. “Si necesitas siete días seguidos de trabajo, ahí va a estar, sin rendirse, como si le hubieras inyectado energía extra cada mañana”.

Una tradición que se comparte con el mundo

En Pingo Salvaje han decidido compartir este conocimiento con viajeros curiosos y amantes de la naturaleza a través de una Demostración de Habilidades con Perros Ovejeros y Perros Pastores. ¿En qué consiste esta experiencia?

Presentación de los perros pastores
  • Conoce la historia de cómo llegaron estos perros y por qué son tan eficaces contra depredadores.
  • Observa cómo viven las 24 horas junto a sus ovejas y forman un solo “piño”.
  • Entiende su comportamiento nocturno y la estrategia que usan para ahuyentar intrusos.
Un vistazo al manejo del rebaño
  • Conoce la filosofía del manejo holístico, donde el movimiento rotativo de los animales regenera el suelo y reduce el estrés de la tierra.
  • Descubre cómo este sistema permite monitorear a las ovejas de manera más eficiente y amigable con el entorno.
Momento de compartir
  • Tras la demostración, nada mejor que una charla distendida para absorber todas las anécdotas e historias que el equipo han acumulado por años.
  • Pregunta, aprende y llévate una historia que no olvidarás fácilmente.

La Demostración de Habilidades con Perros Ovejeros y Pastores en Pingo Salvaje no es solo un show: es una invitación a descubrir un modo de vida donde la pasión por los animales, la búsqueda de la tranquilidad y el respeto por la naturaleza se fusionan en perfecta sincronía.

Ubicación: Laguna Sofía, a pocos kilómetros de Puerto Natales y el Parque Nacional Torres del Paine.

Contacto: Puedes reservar en nuestro Formulario de contacto. Actividad que se realiza con un mínimo de 2 participantes.

Actividad: Disponible para viajeros, familias y curiosos que deseen aprender y maravillarse con las costumbres ganaderas y la magia de los perros de trabajo.

Si buscas una vivencia auténtica en la Patagonia, anímate a presenciar el poder de los Maremma defendiendo el rebaño y la precisión de los Barbuchos moviendo las ovejas casi en silencio. Llevarás contigo una historia que trasciende fronteras: la de un lugar en el fin del mundo donde la innovación, la tradición y el amor por la tierra se dan la mano para crear un futuro mejor.

¡Te esperamos para vivir esta aventura patagónica junto a nosotros!