Tamara y José Antonio son ganaderos descendientes de colonos croatas y escoses, los abuelos de Tamara llegaron a trabajar desde Escocia a la Sociedad Explotadora de Tierra del Fuego fines del siglo XIX; y los abuelos de José Antonio llegaron después de la primera guerra mundial bajo la desesperación y pobreza en busca de una nueva oportunidad de vida. Ambas familias pioneras en un mundo totalmente nuevo, trabajaron la tierra y el ganado con un único propósito: “construir una nueva vida”. Familias antiguas han traspasado su experiencia y el esfuerzo de vida en sus inicios en la Patagonia; y hoy en día Tamara y José Antonio de la segunda generación; y su hijo Bossy y su familia, han mantenido y dedicado su vida al campo. Viven intensamente y valoran la vida familiar asociada a la naturaleza, el conocimiento y el cariño por la tierra. De generación en generación, han pasado los esfuerzos de sus antepasados, es así como Estancia Laguna Sofía aparece como una oportunidad de aquellas que se dan una sola vez en la vida, se compró en el año 2007 para el ganado bovino (mantuvo su nombre original del antiguo dueño). Dada por la ubicación cerca de la ciudad de Puerto Natales y lo hermoso de su entorno, la familia pensó en dar a conocer este pedacito de la Patagonia a través de cabalgatas por varios días y así nace Pingo Salvaje en el año 2009 que con el tiempo se fue especializando y adecuando para desarrollar actividades ecuestres para todo tipo de jinetes.
Estancia Laguna Sofía con 6.000 hectáreas forma parte de una unidad productiva. La familia por generaciones intentó diversos sistemas de manejo del pastoreo no satisfaciendo sus objetivos de conservación del ecosistema y el animal. Una vez escucharon hablar de Allan Savory (1935, uno de los más grandes ecologistas de todos los tiempos) y fueron a una charla y con la orientación de un experto comenzaron a aplicar en sus 22.000 hectáreas distribuidos en 6 campos, el sistema Planificación Holística. El ganado manejado adecuadamente es la clave para restaurar los suelos de pastizales, con esto conservamos un mayor sumidero de carbono atmosférico, evitamos la degradación y desertificación de los ecosistemas, restauramos la salud de la tierra utilizando el ganado como nuestra principal herramienta. Hoy en día es un suelo limpio no fertilizado, ni cultivado, ni arado, no se utilizan herbicidas, fungicidas o insecticidas; son simples razones para que nuestros campos mantengan su flora y fauna nativa que conviven armoniosamente con nuestros animales y caballos de Pingo Salvaje, por consiguiente nuestros campos están cercados pues necesitan de una organización para una buena planificación. Estancia Laguna Sofía cuenta con certificación GRASS 018-18 (Grassland Regeneration and Sustainable Standard) y actualmente estamos cumpliendo con Objetivos Mundiales.
Es un proyecto de la familia, gracias al cual es posible lograr un equilibrio entre la ganadería y la vida silvestre, disminuyendo la tasa de mortandad y sin afectar el medio ambiente, evitando eliminar a los predadores.
Pingo Salvaje se encuentra ubicado en Ruta 9 Norte que une Puerto Natales con Cerro Castillo y Laguna Sofía. Se accede desde Km. 26 de la Ruta 9 Norte (desde Puerto Natales) continuando por un camino de tierra a una distancia de 6 Km hasta llegar a la estancia, en total 32 Km. Importante destacar que estamos a 20 minutos del hospital y bomberos en caso de emergencia. Nos proveemos de la naturaleza y simple: el agua que bebemos proviene de una cascada que alimenta a Laguna Sofía, desde esta cascada obtenemos energía hidráulica, de los árboles caídos reciclamos leña que nos da calor, criamos gallinas felices que nos proveen de huevos, verduras de un pequeño huerto y llenamos nuestros pulmones con el aire más limpio del mundo. La conectividad a internet es deficiente, estamos rodeados de montes, aves, flores, árboles, cuevas, etc. y en su centro un paleolago.
El caballo criollo es autóctono, lo trajeron los conquistadores españoles, es una raza muy popular en la Patagonia Chilena de mucha resistencia junto con el caballo árabe. Nuestros caballos están bien domesticados, son caballos maduros y de temperamento suave. Tenemos un especial cuidado hacia ellos, son desparasitados, vacunados contra la influenza equina, cada 20 días se cambian sus herraduras y se revisan sus uñas. Hace dos años están con un tratamiento dental que claramente se ha notado la diferencia en un comportamiento aún más dócil. Amamos nuestros caballos!!! y son el tema de conversación en una mesa de sus comportamientos, travesuras, enojos, etc, vivimos y compartimos con ellos todos los días!!